Foto tomada de internet. |
Dicen que solo unos pocos pueden vivir de lo que aman. Y creemos sin duda que este hombre ha sido uno de esos pocos afortunados. Para nadie en Barranquilla es un secreto que Ernesto McCausland era un apasionado por el periodismo, siempre atreviendose a experimentar cada una de las áreas de la comunicación social. Apasionado por la cultura Caribe, por lo costeño, un barranquillero de corazón.
Por eso y muchas cosas más, la muerte de Ernesto McCausland le duele al barranquillero como si fuese un familiar. Porque sin duda, su trabajo y su personalidad lo hicieron cercano a todos, tanto a adultos como a jóvenes. Puede que este hombre no haya sido perfecto, pues ninguno en la tierra lo ha sido, pero lo que más lo ha caracterizado es su pasión por su trabajo.
Algunas personas trabajan en cualquier oficio sin tener vocación, de hecho, esa es la razón por la cual se ve al trabajo como una obligación impuesta, antes que ser un medio por el que te desarrollas como ser humano. Pero McCausland, personas como él te hacen desear por una vez trabajar en su oficio. Pero no, no es su oficio lo genial, sino el entusiasmo y las ganas que tenía para hacerlo.
Gracias a él y su amor por el Caribe y a los relatos costeños, tuvimos las puertas abiertas en EL HERALDO para publicar 3 historietas sobre Mitos y Leyendas del Caribe, pues le gustó mucho la idea de ver en historietas la manifestación de historias perdidas en el tiempo moderno. Historias propias que hacen parte de la memoria colectiva. Quizá no estábamos preparados, tal vez pudimos hacerlo mejor. Pero él nos dió la oportunidad, junto a su equipo de trabajo para vivir en nuestra propia piel lo que implica publicar.
Tal vez aún están en su casa, o de pronto las tiró a la basura desde el primer dia o las dejó en su oficina. Lo que si sabemos es que nos pidió las primeras revistas de manga que hicimos. Fue el primer barranquillero que adquirió nuestro trabajo y eso, sin duda, sirvió de empujoncito para seguir nuestro camino de aprendizaje.
Paz en su tumba.
Por eso y muchas cosas más, la muerte de Ernesto McCausland le duele al barranquillero como si fuese un familiar. Porque sin duda, su trabajo y su personalidad lo hicieron cercano a todos, tanto a adultos como a jóvenes. Puede que este hombre no haya sido perfecto, pues ninguno en la tierra lo ha sido, pero lo que más lo ha caracterizado es su pasión por su trabajo.
Algunas personas trabajan en cualquier oficio sin tener vocación, de hecho, esa es la razón por la cual se ve al trabajo como una obligación impuesta, antes que ser un medio por el que te desarrollas como ser humano. Pero McCausland, personas como él te hacen desear por una vez trabajar en su oficio. Pero no, no es su oficio lo genial, sino el entusiasmo y las ganas que tenía para hacerlo.
Gracias a él y su amor por el Caribe y a los relatos costeños, tuvimos las puertas abiertas en EL HERALDO para publicar 3 historietas sobre Mitos y Leyendas del Caribe, pues le gustó mucho la idea de ver en historietas la manifestación de historias perdidas en el tiempo moderno. Historias propias que hacen parte de la memoria colectiva. Quizá no estábamos preparados, tal vez pudimos hacerlo mejor. Pero él nos dió la oportunidad, junto a su equipo de trabajo para vivir en nuestra propia piel lo que implica publicar.
Tal vez aún están en su casa, o de pronto las tiró a la basura desde el primer dia o las dejó en su oficina. Lo que si sabemos es que nos pidió las primeras revistas de manga que hicimos. Fue el primer barranquillero que adquirió nuestro trabajo y eso, sin duda, sirvió de empujoncito para seguir nuestro camino de aprendizaje.
Paz en su tumba.
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